Mi infancia transcurrió entre Babia, la Luna de Valencia, los cerros de Úbeda y otros lugares de dudosa ubicación en los mapas. En estos sitios se llena uno la cabeza de historias, y la mía estaba a punto de reventar, así que tuve que hacerme guionista y dibujante para darles salida. Así es como he hecho unos diecisiete álbumes de historietas, escrito un par de libros, dirigido una revista y una colección de cómics, ilustrado dos docenas de cuentos infantiles, además de un sinfín de portadas y dibujos para toda clase de publicaciones, algún corto de animación, hasta un diseño de reloj Swactch y una mascota para el Barça.
Y aunque vivo en un pueblo del centro de Mallorca, y todo el mundo -incluidas mi mujer y mi hija- creen que me paso el día sentado en la mesa de mi estudio, en realidad suelo estar la mayor parte del tiempo en otra parte. ¿Adivinas dónde?
Y aunque vivo en un pueblo del centro de Mallorca, y todo el mundo -incluidas mi mujer y mi hija- creen que me paso el día sentado en la mesa de mi estudio, en realidad suelo estar la mayor parte del tiempo en otra parte. ¿Adivinas dónde?
Francesc Capdevila Gisbert nace en Barcelona en 1956.
Estudia Bellas Artes.
Es autor de historietas, ilustrador, tanto de libros infantiles y juveniles, como de adultos, y editor.
En 1973 comienza su carrera como dibujante y guionista en revistas "underground". Posteriormente forma parte del equipo fundador de la revista El Víbora destinada al público adulto. Asimismo ha realizado historietas infantiles en sus trabajos para El Pequeño País.
Compagina la creación de cómics con la ilustración de carteles, portadas de libros y discos, ex-libris y revistas, para el ámbito español y extranjero.
Funda la revista semestral Nosotros somos los muertos y es director de la editorial Inrevés.
Desde junio de 2008 es presidente de la Federación de Asociaciones de Ilustradores Profesionales (FADIP).
“Creo que las virtudes de mi trabajo como ilustrador se las debo precisamente a mis buenos vicios de ya veterano historietista: la conciencia de que el dibujo debe ajustarse al tono y las necesidades de la narración, por un lado, y una cierta capacidad para infundir vida, sentimiento y movimiento a los personajes en cada una de las imágenes, por otro”.
En sus trabajos aplica diferentes técnicas incluidas las nuevas tecnologías.
Ha sido galardonado con el Premio Nacional de Ilustración en 1997 por la obra L’ultima moda.
La obra Yoshi y la lluvia (1999), fue seleccionada en el VI Simposio sobre literatura Infantil y lectura, organizado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, en junio de 2000 como una de las cien obras de la Literatura Infantil española del siglo XX.
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